Pues bien, al pasar Sabadell, encaro una pequeña ascensión que me lleva a la pista en dirección Castellar del Valles, desde donde ya empiezo a distinguir a lo lejos el Puig de la Creu.
Cuando llevo 26km por pistas de poco desnivel, atravesando campos de olivos, frutales, etc... llego por fin a Castellar, donde el camino finaliza y donde no hay ninguna señal que me indique como llegar a mi objetivo de hoy. Recorro el pueblo en busca de la pista del Puig, y al no haber señal alguna sobre ella, pregunto a un jardinero que hay en un parque. Éste me indica que para subir he de localizar un depósito de agua en la parte alta del pueblo, y que junto a éste se inicia un sendero que me conducirá hacia la cima.
De esta manera, localizo el depósito y la pista donde me acordé del jardinero 1000 veces por lo menos. El camino me sorprende nada más empezar con una pendiente que parece un muro, con piedra suelta que la hace casi impracticable, a pesar de todo pensando que sólo sería al principio, continuo, pues para que contaros, a lo largo del camino más que muros párecen murallas que se levantan sobre mi, con unas piedras redonditas que hacen que o bien patines o bien que se te levante la bici de delante, haciendo de la ascensión algo agobiante. Me cruzo con un grupo de mujeres que practican treking, a quienes les pregunto y me dicen que este camino es para subir andando que los repechones son interminables y que para los ciclistas hay otro acondicionado que da más vuelta pero que es practicable 100%. A pesar de las recomendaciones de la grupeta, decido continuar, a tramos a patita y finalmente corono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario