De Puente en Camprodon

(Vall de Ribes)

Puente de la diada de Catalunya, disponemos de algunos días para una escapada, nos da un poco igual el lugar, así que con la opinión de más integrantes de la escapada, my family, decidimos ir a Camprodon y establecer el campamento base en el camping Vall de Camprodon.
El primer día nos da tiempo a llegar, instalar la caravana y dar un volteo por el camping. Éste es de 1ª cat. y está muy bien, todo de céped, limpio con buenos servicios, zona de módulos muy cuidada, granja con animales para los niños y diversas actividades. En general bueno pero algo carete.



(Ventolà)


2º día, visita a Ripoll, y cambio de valle para ir a pegarnos la comilona a Ca l'Anna de Ventolà, barato y para hartarse.

El viernes llegan el resto de integrantes del grupo, se instalan en el camping con la tienda que les regalamos junto con Miriam y Álex, y que es una pasada, ya que se monta sola, tiene avancé y dos habitaciones de la marca decathlon base 4.2
Este mismo día en recepción nos recomiendan la visita de una ermita próxima, a la que vamos caminando en unos 30 min.
El paisaje es impresionante rodeados de montañas, de prados con vacas, el Ter, en fin un paraiso para descansar y disfrutar de la naturaleza.



















El sábado, teníamos previsto ir al nacimiento del Ter a través de las pistas de ski de Vallter 2000, pero debido a las condiciones meteorológicas nos fue imposible, así que cambio de planes y excursión al pueblecito de Beget, en la alta Garrotxa. Es un lugar de cuento, donde el tiempo parece haberse detenido hace siglos, su arquitectura conserva las estructuras de de los pueblos pirenaicos de antaño con sus facahadas de piedra sobre grandes bigas de madera, el conjunto del pueblo está conservado en perfecto estado.














Por la tarde algunos privilegiados se relajaron en el spa de els Roures en Sant Pau de Segúries.
Lamentablemente lo bueno dura poco, el domingo toca recojer rápidito que amenaza lluvia, comida rápida en resturante del camping y regreso a casa.

Puig de la Creu ( Valles Occidental)

Ahora que Eric ya ha empezado el cole, dispongo a veces de unos ratitos libres para hacer salidas algo más largas que las habituales, así que aprovechando las circunstancias me dispuse a encarar el ascenso al Puig de la Creu, montaña característica, junto con la Mola, en el Valles.
14.00h una vez preparado el equipo, inicio mi andadura siguiendo el rio Ripoll por la via acondicionada para bicicletas, que por cierto recomiendo por su estado de conservación. A lo largo del recorrido me sorprendo de la cantidad de fauna salvaje que hay, más propia de aiguamolls de aguas cristalinas que de un rio que atraviesa localidades con gran actividad industrial, como Sabadell. Observo bandadas de patos, garzas, garcetas, etc... e incluso hay un pequeño embalse con gran cantidad de peces donde se permite la pesca sin muerte. En fin reconforta ver estas zonas recuperadas de gran valor ecológico y que los animales se encuentren a gusto pese a la actividad humana intensa.
Pues bien, al pasar Sabadell, encaro una pequeña ascensión que me lleva a la pista en dirección Castellar del Valles, desde donde ya empiezo a distinguir a lo lejos el Puig de la Creu.


Cuando llevo 26km por pistas de poco desnivel, atravesando campos de olivos, frutales, etc... llego por fin a Castellar, donde el camino finaliza y donde no hay ninguna señal que me indique como llegar a mi objetivo de hoy. Recorro el pueblo en busca de la pista del Puig, y al no haber señal alguna sobre ella, pregunto a un jardinero que hay en un parque. Éste me indica que para subir he de localizar un depósito de agua en la parte alta del pueblo, y que junto a éste se inicia un sendero que me conducirá hacia la cima.

De esta manera, localizo el depósito y la pista donde me acordé del jardinero 1000 veces por lo menos. El camino me sorprende nada más empezar con una pendiente que parece un muro, con piedra suelta que la hace casi impracticable, a pesar de todo pensando que sólo sería al principio, continuo, pues para que contaros, a lo largo del camino más que muros párecen murallas que se levantan sobre mi, con unas piedras redonditas que hacen que o bien patines o bien que se te levante la bici de delante, haciendo de la ascensión algo agobiante. Me cruzo con un grupo de mujeres que practican treking, a quienes les pregunto y me dicen que este camino es para subir andando que los repechones son interminables y que para los ciclistas hay otro acondicionado que da más vuelta pero que es practicable 100%. A pesar de las recomendaciones de la grupeta, decido continuar, a tramos a patita y finalmente corono.




Ha valido la pena ya que las vistas son espectaculares, y la hermita en sí no está mal. Ahora me espera la bajada a muerte rollo bike park que me libera de tensiones acumuladas en el ascenso y a casita con algo más de 50 km.