En este punto se inicia un descenso a toda velocidad sin olvidar que de vez en cuando hay que estar pendiente de las marcas, ya que si te pasas pierdes la ruta y en ocasiones reencontarla tiene su dificultad.
Este sendero finaliza en la población de Fussimanyà. En este punto paramos a comer algo y tomar un refresco en el restaurante del lugar, que tiene muy buena pinta.
Las marcas nos conducen a la salida del pueblo por un sendero sinuoso divertido que nos lleva de nuevo a ver el Ter en su internamiento en el pantano donde forma un meandro precioso.
Continuamos en dirección Tavèrnoles y tras ascender de nuevo a pata por otra trialera aparecemos en un gran prado con unas inmensa rocas y una iglesia en lo alto de un turó,se trata de la zona de Savassona, que alberga restos de un poblado ibérico del 3000 a.C. y una iglesia románica (Sant Feliu de Savassona) del año 1035. Un paraje espectacular frecuentado por escaladores.
A partir de aquí descenso por pista inicial hasta llegar a Folgueroles.
En resumen ruta de unos 40km. bien señalizada, con algún tramo a pie, y que permite disfrutar de buenos paisajes a lo largo de sus pistas y senderos.
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